En un pesero

Muy rara vez me subo al transporte público de la ciudad, por eso al contrario de mucha gente que viaja todos los días, mi camino se vuelve un cocktel de experiencias y sensaciones diferentes. Voy observando a la gente, su forma de vestir, de hablar, de caminar y resulta muy interesante. Cuando puedo paso esas impresiones al papel y esto es lo que salió después de un viaje en pesero:

En un pesero

Espacio en movimiento, en caos
en paredes de cristal el suelo ruge,
el sonido infeccioso vive y muere
y el olor de todos se fusiona.

Se percibe la pobreza en ramos
El que sube, el que canta y pide
el que vende hambre descalzo,
con ojos rojos y manos vacías.

Afuera todo es gris y sucio
y me siento en un punto más lejano
en el espacio mas pequeño,
desde aquí, miro la ciudad, su gente.

DB. 15/mayo/06