La palabra
La palabra
La historia desprendida de uno mismo
el bálsamo preferido de los condenados
es una letra de la palabra.
Un espacio en el tiempo perdido
un paso relajado o tenso
es el acento de la palabra.
La forma de almendra de tus ojos negros
la inmovilidad de tu sueño
es el espacio que antecede a la palabra.
Cuando la muerte perfora la vida
cuando hay una barrera frente a los ojos
se calla por un momento.
Simplemente, la palabra se esconde
se queda quieta en el espacio
en la risa de un niño y el consejo del anciano.
De vez en cuando cae, entra en el vientre
y habla al oído al que no se ha formado; Al hijo deseado,
Otras veces vuela por los aires
y simplemente te mira, se te queda viendo
rodeado del mundo por largas horas
y te distrae, te hace mirar el cielo
cuando amanece.
La palabra nunca se está quieta
a veces se sale de un pulmón
y se guarda por unos segundos
en otras personas.
Se divide en pedazos
y entra en los corazones
en forma de canción.
Suena en distintos tonos,
suena incluso cuando no se pronuncia,
cuando nadie la dice, cuando está en tinta
o en las manos de quien no la puede;
Es un Da Da Da del que no la conoce aún.
Es el mejor invento del hombre
desde que éste no existía en la tierra,
desde que no había guión, acento y letra.
La transparente, la hipnótica, la que arremete,
defiende y da la vida. La letra
y la del poeta, la palabra.
DB. 24/abril/06