De piedra blanca

Después de 15 días hoy la ví nuevamente, cuando entró al restaurante, recordé cuanto extrañe sus ojos, su boca. Creo que no pude hablar mucho, solo quería mirarla, escuchar su voz, llenarme de ella. La veía fijamente a los ojos y poco a poco recorría su cuello, sus brazos.

De lo poco que escribí por alla, se desprende este poemita dedicado a la mujer que amo, que me hizo falta, que me privó por 15 días de el brillo eterno de sus ojos, de su ser...

De piedra blanca

Eres de piedra blanca
en el camino dividido.
Eres música que suena
bajo el circulo plateado.

Estas sobre el monte,
en la vereda de la ausencia.
Eres las manos que extraño
y los ojos que no tengo.

Estas en la mitad de mí,
en los dos, como el sol.
Distante, en otro lado,
con un brillo eterno, intenso

DB. 3/junio/06

Para ella, desde Taxco Gro. México